Funides explica por qué es latente un rebrote de coronavirus en Nicaragua y cuál sería su impacto en el número de vidas que se perderían. Menciona que de marzo a agosto se han registrado 919 actividades impulsadas por las instituciones del Estado.

Una nueva ola de contagios de Covid-19 en Nicaragua provocaría que al menos 15, 454 personas más se enfermen, contabilizando 96,677 casos durante los primeros doscientos días desde que se conoció el primer contagio en el país, según estimación de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), expuesto en el informe de Coyuntura de agosto.

Esto también implicaría que entre 2,760 a 3,285 personas, con una tasa promedio de letalidad del 3.4 por ciento, puedan morir a causa de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 en el período señalado. Hasta este 11 de agosto, el Ministerio de Salud (Minsa) contabilizó 4,115 casos de Covid-19 y 128 muertes en Nicaragua, de tal forma, que el país es el segundo con menos incidencia en Centroamérica, solo después de Belice, pese a que no se han adoptado medidas de prevención drástica como el resto de la región.

Pero estimaciones independientes, incluidas las de Funides, apuntan a una realidad más cruda respecto del impacto de la pandemia. Y por ello,  el centro de pensamiento ha estimado sus nuevas cifras con base a los datos del Observatorio Ciudadano de Covid-19, la tasa de letalidad promedio reportada por los países de América Latina y los parámetros de 43 países que han experimentado rebrotes de la enfermedad, como el máximo de casos diarios del rebrote con respecto al histórico y el tiempo transcurrido para alcanzar este segundo pico. Hasta el 5 de agosto el Observatorio reportó 9,436 contagios, mientras que Funides estima a la misma fecha 76,264 casos en el país.

El centro de pensamiento expone dichas cifras con base a dos escenarios: el primero es que los nuevos casos diarios mantienen su reducción sistemática observada desde la mitad de junio y que los nicaragüenses sigan implementando las medidas de prevención, como el uso de la mascarilla, uso de alcohol gel, evitar salir a las calles sino es estrictamente necesario, entre otras. Lo que provocaría el registro total de 81,223 casos de Covid-19 durante los doscientos días desde que la pandemia aterrizó en el país.

No obstante, el riesgo que no solo advierten los especialistas de Funides sino también ha sido señalado por epidemiológos e infectólogos, con base al comportamiento del SARS-CoV-2 en otros países del mundo, una vez que los gobiernos intentan relajar las medidas de confinamiento, sobre un rebrote también afectaría a Nicaragua. Si esto llegase a pasar, a como se prevé, por la flexibilidad de las medidas tomadas por la población en estas últimas semanas, los casos alcanzarían 96, 677. Dicho número está sujeto al comportamiento de la población, explican los técnicos del centro de pensamiento.

¿Qué significa eso?
A como sucedió en mayo, cuando los nicaragüenses, varios de ellos poco crédulos sobre las estimaciones independientes del impacto de la pandemia en el país y al contar con información oficial del Minsa con un subregistro de por medio, al ver el aumento de casos a través de su red familiar y de amistades y conocer los entierros exprés, enseguida tomaron claras medidas de protección, que impactaron de forma positiva e hicieron la diferencia con respecto a las estimaciones iniciales de la pandemia.

Esa misma respuesta se espera que se ponga en práctica ante un posible rebrote.

¿Por qué se podría dar un rebrote?

Funides indica que esta posibilidad estará determinada por la flexibilización de medidas de protección por parte de la población y un aumento de personas expuestas al contagio. Indican tres factores claves: culminación del receso intrasemestral de las escuelas públicas; aumento en la movilidad de las personas, y aumento de actividades que implican aglomeración de parte del gobierno.

“De marzo a agosto se han registrado 919 actividades impulsadas por las instituciones del Estado”.

El Observatorio Ciudadano reporta una reducción de los casos diarios de contagios y fallecimientos desde mediados de junio. Al respecto, Funides dice que se ha estabilizado la pandemia, de forma temporal, por la actitud de la población, reducción en la movilidad, receso intersemestral en las escuelas, apoyo de la sociedad civil y el sector privado y cambio de actitud del gobierno.

No obstante, el centro de pensamiento teme que el Observatorio enfrente limitaciones para recolectar información a medida que la pandemia avanza en todo el país, especialmente en zonas semiurbanas y rurales, lo que explicaría la brecha con las estimaciones de Funides. Eso sí, los técnicos consideran que el Observatorio Ciudadano sí captura adecuadamente la tendencia en la evolución del Covid-19 en el país.

Sesgo político en el manejo de la pandemia

Y aunque la Covid-19 también afectó a figuras del Frente Sandinista en los resultados de Funides con base a la encuesta de mayo de Cid-Gallup, el 48.9 por ciento de los nicaragüenses que se identifican con el Frente Sandinista aseguraron no conocer a ninguna persona que ha sido contagiada con el nuevo coronavirus y solo el 19.4 por ciento respondió que conocía algunos casos. Funides relaciona estos resultados con el consumo de medios oficiales y la información brindada por el Ministerio de Salud, que siempre ha minimizado la pandemia.

Las recomendaciones de Funides:

  1. 1. Promoción del distanciamiento social (alejamiento físico).
  2. 2. Sector público debe dotar de mascarillas a la población más vulnerable, a quienes tienen que asistir a los centros laborales y a los trabajadores por cuenta propia.
  3. 3. Garantizar el suministro de agua potable en zonas vulnerables utilizando métodos alternativos.
  4. 4. Cierre obligatorio de comercios no esenciales donde puede haber aglomeraciones.
  5. 5. Limitar la afluencia de personas que visitan restaurantes, siguiendo los protocolos de higiene, distanciamiento social y protección del personal, así como promoviendo los servicios de delivery.
  6. 6. Suspensión de clases presenciales en todos sus niveles.
  7. 7. Cancelación de eventos deportivos y culturales.
  8. 8. Limitar visitas a hospitales, priorizando casos de emergencia o enfermedad crónica.

Cortesía: La Prensa

 

 

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