La violencia desatada por el gobierno de Nicaragua desde que comenzaron las protestas pacíficas el pasado 18 de abril, y que ha derivado en la muerte de más de 300 personas en menos de tres meses, ha llegado a niveles intolerables y coloca a la nación frente a una verdadera crisis de derechos humanos.
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con la excusa de desmontar los “tranques” y barricadas alzadas por la población para defenderse de la represión, ha emprendido una “operación limpieza” que ha ocasionado además de muertes, miles de heridos y centenares de detenidos y desaparecidos.
El mecanismo de Diálogo Nacional, que con la mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua aspira a darle una salida pacífica a la situación, se encuentra estancado pues el gobierno se ha empeñado en convertirlo en una plataforma de propaganda, donde ha intentado acusar a las víctimas y evadir por completo su responsabilidad en la violencia.
Ante los insistentes llamados de la Conferencia Episcopal para que se detenga la represión, el gobierno ha respondido con más violencia policial y paramilitar contra los manifestantes civiles que protestan en las ciudades, y ha denigrado a la vez el papel de los obispos. El pasado 9 de julio, una comisión integrada por obispos católicos, acompañados por el Nuncio Apostólico en Nicaragua, activistas de derechos humanos y periodistas, fue atacada por turbas del gobierno y paramilitares dentro de la Basílica San Sebastián de Diriamba. Los religiosos, entre ellos el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo auxiliar Silvio Báez, fueron insultados, golpeados y éste último herido cuando intentaban desarrollar una misión humanitaria en esa ciudad al sur de la capital y en la vecina localidad de Jinotepe, donde el fin de semana anterior una veintena de personas murieron bajo un ataque desproporcionado de fuerzas paramilitares con armamento pesado.
Nunca antes se había visto en Nicaragua un ataque de esta naturaleza contra autoridades de la Iglesia. Nunca se ha visto el uso de armas de guerra de alto calibre contra un pueblo desarmado. Ortega y Murillo parecen estar dispuestos a no detenerse en su afán por aniquilar las protestas de un pueblo que simplemente ejerce su derecho constitucional a la manifestación pacífica.
Ante esta dramática crisis humanitaria, que a la fecha se ha cobrado la vida de más de 100 personas cada mes en una nación de apenas seis millones de habitantes, llamamos a la Comunidad Internacional a poner su mirada en Nicaragua. El mundo entero debe interceder por este pequeño país centroamericano que está siendo masacrado por el gobierno de Daniel Ortega, quien para sorpresa de muchos ha superado en su actuación desmedida al dictador Anastasio Somoza, el mismo a quien ayudó a derrocar hace casi 40 años.
Hacemos este llamado sabiendo que no tenemos más armas que la convicción de que debemos reclamar el cese inmediato de la violencia y la represión, el fin de las prácticas de terrorismo de Estado que ha impuesto un virtual estado de sitio en las ciudades y comarcas nicaragüenses, así como el cese de las detenciones ilegales y de las ejecuciones sumarias contra ciudadanos indefensos a todo lo largo y ancho del país.
Elevamos nuestras voces ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que los Estados miembros se pronuncien en defensa del pueblo nicaragüense y no permitan que continúe esta actuación inhumana, ilegal e inconstitucional contra las aspiraciones democráticas de la mayoría de la población.
Managua, 11 de julio de 2018
Sergio Ramírez Mercado, Ernesto Medina, Vilma Núñez De Escorcia, Carlos Tunnermann, Gioconda Belli, Francisco De Asis Fernández, Violeta Granera, Gabriela Selser, Gloria Gabuardi, Edmundo Jarquin, Nicasio Urbina, Luis Rocha Urtecho,
Guillermo Cortés, Manuel Ortega Hegg, Julio Francisco Báez, Lea Guido, Julio López, Mónica Baltodano, Camilo De Castro, Isolda Hurtado, Dora María Tellez, Carlos Mejía Godoy, Luis Enrique Mejía Godoy, Ana Margarita Vijil, Josefina Vijil, Norma Elena Gadea, Sonia Cruz De Baltodano, José Luis Rocha, Melba Castillo, Suyen Barahona Q., María Mercedes Rocha, Luis Galeano, Guadalupe Salinas, Oscar René Vargas, Daysi Zamora, Brenda De Trinidad, Rachel Arvizu Moreno, Alexander Miranda, Milton Reyes Mejía, Bayardo Salmerón, Yaser Morazán, Juan Carlos Vílchez, Marlene G. Álvarez, Ximena Rocha Álvarez, Mario Urtecho, Andrea Margarita Del Carmen, Angela Saballos, Madeline Mendieta, José Pallais, Moisés Hassan, Haydee Castillo, Michele Najlis, Coordinadora Universitaria Por La Democracia Y La Justicia, Enrique Zelaya
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