Pese a la estrategia de “victimización” adoptada y el intento de boicot a la sesión realizados por canciller de Nicaragua, Denis Moncada, con el apoyo de Venezuela y Bolivia, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó, con 21 votos a favor, la resolución que condena enérgicamente al Estado de Nicaragua por los actos de violencia y muerte contra el pueblo nicaragüense.
El organismo sancionó la represión, violaciones de derechos humanos y abusos cometidos por la Policía del régimen, grupos parapoliciales y otros actores contra el pueblo de Nicaragua, y exige el desarme de los paramilitares.
La resolución también condena los ataques contra el clero, el hostigamiento a los obispos que participan como mediadores en el Diálogo Nacional, igualmente los actos de violencia del pasado fin de semana en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), contra la sede de Cáritas y otros manifestantes pacíficos.
Desde que se iniciaron las protestas en Nicaragua, la represión promovida por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de grupos paramilitares y la Policía Nacional, el saldo de muertos asciende a los 350, más de dos mil personas han resultado heridas, hay decenas de desaparecidos que han ido apareciendo ejecutados en las calles o en las morgues en los hospitales.
La resolución, que contiene ocho puntos, urge al Gobierno de Nicaragua y a los distintos sectores a que participen activamente y de buena fe en el Diálogo Nacional, “como un mecanismo para generar soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se registra en Nicaragua, y (para) el fortalecimiento de la democracia en ese país”, indica el documento.
Los Estados respaldan que se proceda a identificar a los responsables de los crímenes, a través de los procedimientos legales correspondientes y exige el desmantelamiento de los grupos parapoliciales, que portan armas de guerra de uso exclusivo del Ejército.
El Consejo Permanente establece en la resolución que solicitarán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (DECO), al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, al secretario general de la OEA, y la Unión Europea, acompañar las labores de la Comisión de Verificación y Seguridad.
Además establece el apoyo a los organismos independientes y la adopción de otras medidas y mecanismos de la OEA.
Elecciones anticipadas
En la resolución, el Consejo Permanente de la OEA exhorta al Gobierno de Nicaragua a considerar “todas las opciones para lograr este objetivo, que colabore para la efectiva implementación de los esfuerzos tendientes a fortalecer las instituciones democráticas en Nicaragua a través de la implementación de las recomendaciones de la Misión de Observación Electoral de la OEA y que apoye un calendario electoral acordado conjuntamente en el contexto del proceso de Diálogo Nacional”.
El embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, dijo que la aprobación de la resolución es un triunfo para Nicaragua.
“La comunidad internacional ha reaccionado, estamos apoyando al pueblo nicaragüense, estamos al tanto de lo que está sucediendo, la masacre que está cometiendo el Gobierno, estamos respaldando al pueblo de Nicaragua”, declaró el diplomático.
Moncada continuó llamando a los manifestantes que demandan la salida del régimen de Ortega, “terroristas” y “golpistas”, que “matan a policías”, y al “pueblo”, que son respaldados por grupos y gobiernos extranjeros que no mencionó.
Pero la estrategia de “victimizar” a un Gobierno que posee las armas, el control de las instituciones del Estado y que promueve el paramilitarismo no le funcionó.
“Lo que vimos hoy es que nadie lo cree, como vimos la propuesta del canciller de Nicaragua sacó tres votos y 21 en contra, la mayoría de los países de la región no está reconociendo lo que dice el Gobierno de Nicaragua”.
Trujillo explicó que la resolución toma en cuenta los abusos cometidos por los paramilitares y de la Policía en contra de la población y el Estado tiene la obligación de proteger a sus conciudadanos.
“Es un rechazo a la ideología, un rechazo a lo que está diciendo el Gobierno de Nicaragua, que son los responsables (de los crímenes cometidos)”.
Trujillo dijo a los medios de comunicación que esperan no tener que seguir aprobando resoluciones en contra del Estado nicaragüense y que el Gobierno pueda llegar a un acuerdo con la sociedad civil y con la Iglesia y puedan encontrar una solución pacífica.
El embajador de Estados Unidos reiteró que seguirán pendientes de la situación en Nicaragua. Al final, se cierra la sesión y el foro estalla en aplausos.
Pasado vergonzoso
Tras la amarga derrota, Denis Moncada se desató en insultos contra varios países. Uno de estos fue Chile, en referencia al pasado de la dinastía de Augusto Pinochet. El embajador de Chile le respondió a Moncada sobre su triste papel de fiscal militar en el caso del crimen contra Jean Paul Genie, en 1990, cuando absolvió a los militares sospechosos del asesinato del adolescente. Moncada, sorprendido y humillado, responde: “Yo lo miro de frente porque somos personas decentes”, luego cierra la más vergonzosa participación de un canciller que se recuerde en ese foro.
Moncada termina insultando
Furioso y derrotado, el canciller del régimen, Denis Moncada, se quedó sin argumentos y empezó una virulenta reacción de insultos a países que desnudaron la brutal violencia de Ortega y Murillo. Rebuscando torpemente en la historia de violencia de América Latina, el militar en retiro intentó descalificar y ofender a las representaciones de Colombia, Argentina, Chile y Estados Unidos. La vergonzosa diatriba inició contra Estados Unidos y siguió contra Colombia. “Cómo Colombia puede enfocar el pueblo de Nicaragua, cuando tiene una realidad, un techo de vidrio que le impide lanzar una piedra hacia arriba. El que menos puede hablar de lo que he hablado es Colombia. ¡Vaya a resolver el problema de su casa y después conversamos para que intercambiemos prácticas de cómo mejorar la situación de derechos fundamentales!”, despotricó.
El embajador de Colombia responde a insultos de Moncada y reitera la posición de su país. “Por haber vivido un conflicto durante tantos años, por haber tenido que enfrentar la violencia, tengo la responsabilidad y autoridad plenas para referirme a los hechos que hemos tratado”, dijo.
Cortesía: La Prensa