Fabián Medina
Fabian Medina, editor de LA PRENSA posa en estudio . Managua 11 de Agosto del 2011. Foto Uriel Molina/LA PRENSA

Por Fabián Medina

Covid-19 y dictadura: un cóctel peligroso

Daniel Ortega no estimula la mortandad para salvar la economía como muchos piensan. Está viendo el Covid-19 como una oportunidad para mantenerse en el poder. Muera quien muera.

 

Covid-19

Tengo que decirlo: yo si celebro que este régimen no haya tomado medidas de confinamiento obligatorio y otras parecidas, en nombre del Covid-19. No es que crea que esas medidas estén mal, o que no sirvan para contener los contagios, o peor aún, que esté de acuerdo con el disparatado y criminal manejo de este gobierno. Tampoco es que condene a otros países, otros gobiernos, que han tomado estas medidas con sus ciudadanos. Lo que me sucede a mí, y posiblemente a muchos de ustedes, es que no confío para nada en el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Intereses

Ya es regla en Nicaragua que las leyes que aprueba este régimen no se usan para lo que dice que son, sino para lo que más beneficia a su perverso plan de poder. Así que un estado de emergencia, con restricción formal de libertades, téngalo por seguro que lo usarán para lo que más les conviene. Y lo que más les conviene a ellos, generalmente, es lo que peor va para nosotros. Sus intereses, ya ha quedado demostrado, son diametralmente opuestos a los intereses del país.

Petición

No es entonces, por aclaración, que impongan estado de sitio lo que se les pide. Para que no digan después, cuando salgan con su domingo 7, que es lo que los ciudadanos demandaban. Lo que se les pide es que, por lo menos, en estas circunstancias difíciles, ante tal amenaza, se comporten alguna vez como el gobierno que dicen ser. Que promuevan las medidas que orienta la Organización Mundial de la Salud y estimulen los aportes de las organizaciones, empresas o ciudadanos para enfrentar la epidemia, en lugar de andar promoviendo contagios, aglomeraciones de ciudadanos, y prohibiendo u obstaculizando a los que quieren ayudar. Que demuestren que están en el equipo contrario al coronavirus y dejen de comportarse como sus aliados, es lo que se le pide. Con que dediquen la mitad del empeño y recursos que dedican a reprimir a quienes piensan diferente, sería suficiente.

Planes

Conociéndolos como los conocemos, es posible que cuando asomó la amenaza del Covid-19, lo primero que pensaron es: ¿Como vamos a sacarle provecho? Es que ellos no dan puntada sin dedal. Estoy seguro que todos los contrasentidos que vemos cada día tienen una lógica perversa. Cada vez que hemos creído que hacen las cosas mal por negligencia o estupidez, resulta que eran parte de un plan. ¿Cuál es el plan? No lo sé. Pero si me tocara apostar, diría que Ortega y Murillo están llevando a Nicaragua a un escenario apocalíptico que les permita saltarse las elecciones del 2021 para seguir en el poder.

Elecciones

Es que, hasta ahora, las próximas elecciones se presentan como una oportunidad de perder-perder para Daniel Ortega. No hay forma que le salgan bien, a menos que encuentre una justificación razonable para anularlas. Si Ortega decide jugársela, en elecciones con mínimas garantías de libertad y transparencia, para buscar la legitimidad que no tiene ahora, las perdería estrepitosamente. No hay manera de que gane. Y si decide robárselas, como siempre, lo desconocerían internacionalmente. Se volvería un forajido a toda regla. Probablemente se levantaría un gobierno paralelo, provisional, y más temprano que tarde tendría también colgado del cuello un cartel de “Se Busca”.

Poder

Coronavirus más dictadura Ortega Murillo es un cóctel mortal. Por eso, ojo mucho ojo. Cuidado con, sin querer, hacerle la cama para que imponga “mano dura” en nombre del virus. O con ver a las próximas elecciones como un tema sin importancia del que no vale la pena hablar ahora. Puede que Ortega no lo esté viendo así. Puede que el plan sea estimular la propagación de la peste, llevar al país a un estado de emergencia nacional, llamar a la unidad nacional y suspender elecciones. Daniel Ortega no está estimulando la mortandad para salvar la economía como muchos piensan. Ortega está viendo el Covid-19 como una oportunidad para mantenerse en el poder. Muera quien tenga que morir. Ya lo ha demostrado. El poder es lo único que le importa. Quisiera estar equivocado.

Cortesía: La Prensa

 

 

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