¡LOS HIJOS MUEREN EN SU CUARTO!
Antes perdíamos hijos en los ríos, en los matorrales, en los mares,
¡Hoy los hemos perdido dentro de su habitación!
Cuando jugaban en los patios oíamos sus voces, escuchábamos sus fantasías y al oírlos, a la distancia, sabíamos lo que pasaba en sus mentes. Cuando entraban en casa no existía una TV en cada habitación, ni dispositivos electrónicos en sus manos.
Hoy no escuchamos sus voces, no oímos sus pensamientos.
Los chicos están allí, dentro de sus habitaciones, y por eso pensamos que están seguros.
¡Cuánta ingenuidad la nuestra!
Ahora se quedan con sus auriculares, encerrados en sus mundos, perdiendo literalmente la vida, aún vivos en cuerpos, pero muertos en sus relaciones con sus padres, encerrados en un mundo de tecnología que en nada contribuye a la formación de niños seguros y fuertes para tomar decisiones moralmente correctas y de acuerdo con los valores familiares.
Dentro de sus habitaciones perdemos a nuestros hijos con las drogas, las conversaciones con malos amigos, con desconocidos, la pornografía, inmersos en un mundo de fantasía. Muertos de su identidad familiar.
Se convierten en una mezcla de todo aquello por lo que han sido influenciados y los padres no siempre saben lo que sus hijos son o en lo que se están convirtiendo.
Saca a tu hijo de la habitación, de la tableta, del celular, del ordenador, del auricular, te invito a comprar juegos de mesa, tableros y tener hijos en la sala, a tu lado por lo menos 2 días establecidos en tu habitación. Juega, diviértete con ellos, escucha sus voces, sus palabras, sus risas.
Nos están hablando en su mundo, encerrados, en sus silencios.
¡No seas cómplice de la muerte de tus hijos!