1909. Monumento en Homenaje al Soldado Nicaragüense – Estatua de Montoya

    Estatua de Montoya
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    1 de Enero de 1909.

    Monumento en Homenaje al Soldado Nicaragüense – Estatua de Montoya.

    El Monumento en Homenaje al Soldado Nicaragüense, con la estatua en bronce del joven nicaragüense Ramón Montoya Acevedo.

    Este es el verdadero Monumento al Soldado de la Patria, pues conmemora a los soldados que defendieron a Nicaragua de la agresión extranjera. Es la estatua más antigua de la ciudad de Santiago de Managua, pero es el segundo monumento en antiguedad, pues el primero es el obelisco que se mantiene en el Parque Rubén Darío de Managua, inaugurado el primero de Enero del año 1900, ambos durante el gobierno de Zelaya.

    El monumento fue inaugurado con un discurso del Dr. José Dolores Gámez, insigne historiador que era el Ministro de Gobierno de la administración del Presidente de Nicaragua, Gral. José Santos Zelaya López. Desde entonces este monumento ha resistido dos grandes terremotos que han destruido a la capital y miles de temblores, cada año, durante todo un siglo. También ha sobrevivido a las turbulencias políticas, gracias a la ignorancia de la gran mayoría de la población, de los políticos y gobernantes que también desconocen a quién y por qué se erigió este monumento, que originalmente —en 1909— se colocó en el Parque Central, frente a la Plaza de la República (donde hoy está una hoguera en memoria a Carlos Fonseca Amador).

    En 1945, el Alcalde de Managua, Gral. Andrés Murillo, que combatió en Namasigüe (Honduras), pavimentó la Avenida del Ejército y el Monumento fue trasladado al sitio donde hoy se encuentra miserablemente abandonado y en completo deterioro. La estatua representa al joven soldado nicaragüense Ramón Montoya Acevedo, hijo de don Francisco Montoya y de doña Francisca Acevedo de Montoya, originarios de la ciudad de León, se trasladaron a Managua, junto con el pequeño Ramón y se establecieron en el Barrio El Nisperal, donde después se construyó La Escuela de Artes, desaparecida en el terremoto de 1972.

    Al enrolarse en el Ejército de Nicaragua en 1907, Montoyita le dijo a sus padres: «me voy a la guerra porque no quiero que me cuenten cuentos y Nicaragua me necesita».

    Ramón Montoya Acevedo murió en el frente de guerra durante La Batalla de Namasigüe a los 14 años de edad, cuando el joven soldado salió de su trinchera alentando a sus compañeros a integrarse a la ofensiva final (y que le siguieran), y cuando llegó a la cumbre de la loma El Grito, una bala le arrebató la vida, convirtiéndose en el ícono del heroísmo en La Batalla de Namasigüe, la penúltima batalla de la guerra que en 1907 el Ejército de Nicaragua realizó contra los ejércitos combinados de Honduras y El Salvador.

    Namasigüe es una comarca hondureña cercana a Choluteca y al punto fronterizo de El Guasaule. Esta batalla duró una semana, del 17 al 23 de Marzo de 1907. La guerra había comenzado con el inesperado y sorpresivo ataque del Ejército de Honduras a la guarnición nicaragüense del puesto fronterizo de Los Calpules, Chinandega, el 9 de Enero de 1907.
    Nicaragua no respondió la agresión y se sometió a un arbitraje diplomático. Esto se interpretó como debilidad y, enmedio de las negociaciones, Honduras atacó nuevamente, esta vez al poblado nicaragüense de Tapacales, Nueva Segovia, el 18 de Febrero de 1907; pero los soldados nicaragüenses, que ya estaban preparados y alertas, lograron rechazar la agresión externa, que en ese segundo intento estaba comandada por el conservador nicaragüense Gral. Emiliano Chamorro Vargas que combatió al lado de los hondureños y les alentaba a la agresión. El gobierno de Zelaya puso a Nicaragua en pie de guerra y lanzó una ofensiva de tres columnas penetrando el territorio hondureño.

    El Ejército de Nicaragua ganó todas las batallas en todos los frentes, hasta llegar a Namasigüe, donde el ejército salvadoreño reforzó al hondureño y entre ambos combatieron al Ejército de Nicaragua. Los nicaragüenses, con la combatividad inspirada de sus dos mil soldados, incluyendo a los más jóvenes como Ramón Montoya Acevedo, y su heróico ejemplo, derrotaron a los seis mil soldados honduro-salvadoreños en Namasigüe y después persiguieron los restos de los dos ejércitos.

    Poco antes de llegar a Tegucigalpa, capital de Honduras, alcanzaron al ejército hondureño y le obligaron a combatir en la batalla de Maraíta, donde el Ejército de Honduras sucumbió y Nicaragua logró la victoria final y definitiva de la guerra de 1907. Zelaya ordenó la destitución del presidente de Honduras, Gral. Manuel Bonilla y colocó en su lugar a Miguel E. Dávila, liberal hondureño amigo del Gral. Zelaya.

    Cientos de soldados nicaragüenses murieron en aquella guerra. En su honor, memoria y gloria se levantó este Monumento al Soldado Nicaragüense, esculpido y fundido en Italia conforme al diseño de la marmolería Luisi y Ferracutti, italianos de Nicaragua, que cobraron 2,500 pesos.

    Representando a la Patria entristecida, está sentada al pié una dama tocada con el gorro frigio, en una escultura de mármol blanco, y al joven Montoya Acevedo, llamado «El Niño Héroe de Nicaragua», fundido en bronce, con su sombrero de palma, sus caites, su salveque de municiones, su chamarra enrrollada en la cintura, su cantimplora y su fusil Mauser (alemán), señalando con su brazo derecho la posición del enemigo en el momento trascendente en que murió.

    Indestructible
    El monumento a Montoya, que es considerado uno de los más antiguos de la capital, tiene 105 años.El gerente del ferrocarril, don Manuel Guerrero, trasladó un cañón, supuestamente usado en la defensa de la fortaleza en el río San Juan por Rafaela Herrera.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

    El Monumento ha sido abandonado, ignorado y maltratado, y a la caída de Zelaya, los conservadores intentaron fundirlo para hacer una campana, obra destructiva que el pueblo nicaragüense evitó.

     


     

    Heroísmo inmóvil
    Para recordar la gesta del joven se erigió un monumento en honor a Ramón Montoya, inaugurado el 1 de enero de 1909 con un discurso del doctor José Dolores Gámez, ministro de Gobierno en ese entonces.

    La imagen hecha de bronce fundido en Italia en un inicio fue ubicada en el Parque Central de Managua, frente a la Plaza de la República, pero años más tarde en los gobiernos conservadores desde 1911 hasta 1928, estos decidieron remover el monumento de su lugar para destruirlo y fue mandado a las caballerizas del Antiguo Palacio Nacional.

    Siguiendo con el intento de deshacerse del monumento, el general Emiliano Chamorro Vargas, presidente de la República, le regaló la estatua al obispo de Granada para que hiciera una campana, pero don José Cuadra, conocido ciudadano granadino, convenció al obispo para que se la vendiera por 250 dólares.

    En 1945 se pavimentó la Avenida del Ejército y el ministro Nacional, general Andrés Murillo mandó a poner la estatua en el sitio que se encuentra actualmente.
    Esta imagen que evoca el heroísmo, según don Nicolás, representa el momento donde Montoya señalaba a los enemigos y a la vez alentaba a las tropas a seguir luchando por el país.

    Lamentablemente para la mayoría de ciudadanos, hoy solo es un punto de referencia.

     

     

    REFERENCIAS:

    1. ¿Quién era Montoya? – 11/Ago/2014 (Hoy)
    2. Montoyita cumplió 100 años – 31/Jul/2009 (Salgado Periodismo – Blog)

     

     

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