12 de Febrero de 1894.
Rigoberto Domingo de los Dolores Cabezas Figueroa fue un periodista, militar y político nicaragüense y es honrado como Héroe Nacional de Nicaragua porque siendo Inspector General de Armas en la Reserva Mosquitia durante el gobierno de José Santos Zelaya, mediante un paso audaz, trascendental y patriótico, por sí y ante sí decretó la reincorporación de la Mosquitia (Costa Caribe de Nicaragua) el 12 de febrero de 1894, desconociendo a Robert Henry Clarence como rey mosco al servicio de los intereses británicos, engrandeciendo el territorio nacional de Nicaragua al legarle más de 50.000 kilómetros cuadrados.
HISTORIA
Hace más de un siglo y parece poco. Hace 110 largos años, quedó consolidada para siempre la soberanía de Nicaragua sobre el vasto territorio conocido como la Mosquitia. Después de más de 100 años de reclamos, primero en tiempos de la Colonia por España y después por Nicaragua, desde 1842, viene reclamando sus derechos llegando en 1860 al Tratado de Managua, en el que Inglaterra reconoce los derechos territoriales nicaragüenses y soberanía sobre la Mosquitia, pero sin hacerla efectiva.
Cansada Nicaragua de reclamar por la vía diplomática sus inalienables derechos soberanos sobre su territorio gobernado entonces por un Concejo Municipal en Bluefields, presidido por el autollamado rey mosco, Roberto Henry Clarence, al servicio de los intereses británicos, quien pretende desconocer la autoridad del comisario Carlos Alberto Lacayo, enviado por el presidente José Santos Zelaya para hacer respetar el dominio y soberanía nacional, de acuerdo al Laudo Arbitral dado por el emperador de Austria; y el Tratado celebrado en Managua en 1860, entre Nicaragua y Gran Bretaña, según los cuales la “municipalidad de Bluefields dirigida por el rey mosco tenía derecho para gobernar indios moscos, de conformidad a sus costumbres, no siendo incompatible con los derechos soberanos de Nicaragua, ya que el territorio ocupado por los mosquitos es parte integrante de nuestra República y se encuentra bajo su soberanía”.
Las autoridades moscas, dirigidas desde Jamaica, trataron de desconocer sus derechos a las autoridades nicaragüenses. Y es entonces que surge por extraño sortilegio la figura egregia de ese gran patricio, gloria de Nicaragua, Rigoberto Cabezas, quien igual que Ulises en la guerra de Troya se convierte en el héroe nacional.
El general Rigoberto Cabezas, como Inspector General de Armas realiza una serie de maniobras militares estratégicas. Aprovechando la guerra de Honduras con Nicaragua moviliza tropas con el pretexto de fortalecer la defensa de esa zona, para rechazar una supuesta invasión hondureña. Pero su pensamiento era otro en realidad: la reincorporación de la Mosquitia.
Por eso trata de conseguir refuerzos, recluta gente en el Distrito del Siquia y toma los servicios del vapor Carazo, para vigilar las costas y tener tropas de reserva. Celebra un pacto secreto por escrito con el coronel Francisco Torres, comandante de El Rama, para ocupar militarmente Bluefields, derrocar al títere rey mosco y declarar el Estado de Sitio, esperando sólo la llamada, la cual al fin recibe llegando a Bluefields con 400 hombres, que con los que tenía, encarga al coronel Cartín ocupar el edificio de la Corte, el coronel Ocampo la cárcel y Cabezas escoge atacar al mejor defendido, el Cuartel de la Policía.
Todo se llevó a feliz término en el silencio de la noche y del amanecer de la aurora del 13 de febrero de 1894.
Cuentan que antes de los combates Cabezas dirigía a las tropas, que llamó Batallón Zelaya, ardientes arengas que los henchía de fiero patriotismo.
El histórico decreto que cambió la geografía de Nicaragua con más de 50 mil kilómetros cuadrados, y la política administrativa y social, dice:
“Rigoberto Cabezas.
Inspector General de la Costa Atlántica.
Considerando.
Que ha sido negado a Nicaragua por el jefe de la Reserva Mosquitia el derecho de poner fuerzas en su territorio. Que el mismo jefe, en nota dirigida al Comisario de la República, de la cual se me ha dado conocimiento, se opone abiertamente a la movilización de nuestro Ejército, amenazando con captura y castigo a los soldados que porten sus armas. Que la citada nota significa una negación categórica de la soberanía de Nicaragua y el desconocimiento de sus legítimas autoridades.
Que en la situación de guerra (con Honduras) en que se halla la República, todo acto que favorezca al enemigo exterior es un crimen de alta traición.
Por tanto: en uso de las facultades de que estoy investido, decreto:
Arto. 1º.- Ocúpese militarmente la ciudad de Bluefields y se le declara en estado de sitio.
Arto. 2º.- Se desconoce a las actuales autoridades de la Reserva. El Comisario de la República organizará, según lo crea conveniente, el régimen administrativo y político.
Arto. 3º.- Ninguna embarcación podrá zarpar del puerto si no es previo permiso de este mando.
Arto. 4º.- Es prohibido formar grupos y reuniones públicas, y la portación de armas.
Arto. 5º.- Los delitos que se cometan contra el orden y la seguridad del Estado serán juzgados militarmente. Dado en Bluefields, a doce de febrero de mil ochocientos noventa y cuatro. R. Cabezas.
Por el Tratado Altamirano-Harrison del 19 de abril de 1905, Su Majestad británica reconoció para siempre la absoluta soberanía de Nicaragua sobre la antigua Reserva Mosquitia, inmortalizando la epopeya del héroe nacional, general Rigoberto Cabezas Figueroa.
REFERENCIAS:
- Rigoberto Cabezas (Wikipedia)
- ¿Cómo fue la reincorporación de la Mosquitia? – 2015 (Biblioteca Enrique Bolaños)
- La Mosquitia – 28/Noviembre/2013 (El Nuevo Diario)
- Los criollos de Bluefields y la incorporación de la Mosquitia – 20/Febrero/2006 (La Prensa)
- La reincorporación de la Mosquitia – 14/Marzo/2004 (La Prensa)
- La reincorporación de la mosquitia – Julio/Septiembre/ 1986 (Bluefields Indian & Caribbean University)
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