¿ERES UN PÁJARO HERIDO?
Te sientes como un pájaro herido porque cuando emprendiste el vuelo, te dispararon antes de llegar.
Porque cuando cerraste los ojos para buscar la luz, se te llenaron de lágrimas.
Porque cuando te sentaste al borde del camino, viste pasar a muchos compañeros que nunca volviste a ver.
– Eres un pájaro herido porque el amor que era tu mundo se desplomó de golpe, y el nido se te quedó vacío, el corazón hueco y las cosas sin sentido.
– Eres un pájaro herido porque aquellas palabras injustas y duras se te metieron en el pecho con más fuerza que una bala explosiva.
– Eres un pájaro herido porque esos sueños llenos de esperanza se te han caído por tierra.
– Estas herido porque has tenido un derrumbe, porque el camino sin el rumbo que querías, se te ha vuelto pesado; y sin la luz que te alumbraba, se te ha vuelto gris, y el deber se te ha hecho fatigoso, el tiempo interminable, y la vida lagrima, y la lagrima soledad, y la soledad vacío.
Puedes ser “un pájaro herido”; pero… ¡estás vivo!
Todavía puedes resurgir, despegar, volar y reconstruirte. Eres un pájaro herido por la vida, pero no encerrado en una jaula, no atrapado por una imposición, no sujeto por algo irremediable. Tienes alas que te pertenecen y toda la inmensidad para volar.
Tienes a tu disposición una sonrisa para sembrarla en el dolor, dulzura para la resignación, acatamiento para la rebeldía, paz, aceptación y serenidad, para tu alivio y tu desconsuelo.