El despertar de los volcanes

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El despertar de los volcanes

Por primera vez desde que existen registros, en Nicaragua hay cinco volcanes activos simultáneamente. El suceso intriga a expertos, atemoriza a vecinos y plantea varios escenarios posibles.

Entre el volcán Telica y el Masaya hay 120 kilómetros, cuatro departamentos, la capital Managua, la excapital León, docenas de carreteras y poblados, y si no de desasosiego, al menos un sentimiento generalizado de asombro, acompañado por una que otra pregunta. Y es que los volcanes mencionados, además del cerro Negro y del Momotombo —ubicados entre los dos primeros—, presentan actividad de forma simultánea. Un fenómeno raro para la cuenta del tiempo de los humanos pero no tanto para la cuenta del tiempo del planeta, según afirman expertos, y que solo podría afectar gravemente a la población nicaragüense si el peor escenario posible acontece.

El volcán San Cristóbal, ubicado en el departamento de Chinandega, ha registrado desde el 24 de febrero, explosiones con columnas de humo.

Estas actividades volcánicas simultaneas, mantienen intranquilas a las comunidades aledañas a los volcanes.

Comencemos justamente por ahí: la Laguna de Apoyo es un atractivo turístico que comparten los departamentos de Granada y Masaya. Es un laguito redondo de unos seis kilómetros de diámetro y de abundante belleza natural. Sin embargo, hace 23 mil años para el hombre, equivalentes a un santiamén para la Tierra, Apoyo era un volcán. Uno que erupcionó tan, pero tan violentamente, que dejó esa laguna cratérica donde ahora miles vacacionan. Los científicos, entre ellos el geofísico nicaragüense Roderick Cano, creen que se trató de una erupción freatomagmática. Y si el volcán Telica, el cerro Negro, el Momotombo, del departamento de León; o el Masaya, del departamento homónimo, hicieran erupción con una explosión similar, las consecuencias serían cataclísmicas para muchas personas. Si no siguieran los pasos del llamado volcán Pre-Apoyo, por el contrario, nadie tendría mucho que lamentar.

Los volcanes son una abertura en la tierra por la que salen, de cuando en cuando, humo, llamas o materias encendidas o derretidas. Y Nicaragua tiene muchos. Los hay de diferentes formas y colores, y de acuerdo con estos criterios se conoce más o menos qué tipos de erupciones pueden esperarse de cada uno. No obstante, un volcán puede tener varias estructuras y más de un tipo de erupción, y aunque su perfil de actividad se haya conformado con su historial registrado y con estudios, no significa que no puede mostrar comportamientos nuevos. De ahí que sean tan impredecibles.

LOS CUATRO ACTIVOS

El primero de los cuatro colosos que acaparó las portadas de los periódicos nacionales y de paso las fotogalerías de diarios como el New York Times o de revistas como National Geographic, fue el Momotombo. El 1 de diciembre de 2015, el volcán ubicado 40 kilómetros al noroeste de Managua y 35 al este de la ciudad de León, hizo erupción tras una inactividad de 110 años. Ese día emanó gases, ceniza y lava.

El día 21 del mismo mes, los volcanes Telica y Masaya también se suscribieron a la hoja de actividad. El primero, 100 kilómetros al noroeste de Managua y 19 al norte de León, registró “un pequeño ascenso de magma y de lava visible desde el borde del cráter”, según reportó a medios oficialistas Rosario Murillo, primera dama del país y vocera del Gobierno para todo tipo de desastres naturales. Y del segundo, localizado 6.5 kilómetros al oeste de la ciudad de Masaya y 20 al sureste de Managua, la misma fuente dijo que mantenía un “fuerte sonido de retumbos en el lago de lava, en la boca suroeste (intercráter) del cráter Santiago”.

El trío se convirtió en cuarteto para el día de San Valentín. Recién el pasado 14 de febrero el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), informó que el Telica y el Momotombo “expulsaban ceniza y gases” y “por una nueva inyección de magma debajo de la caldera del volcán Masaya” se produjeron ocho sismos en la zona de Masaya-Nindirí-Ticuantepe. 24 horas más tarde, a raíz de un sismo detectado in situ, el sistema de mitigación de desastres del Gobierno recomendó a turistas y a la población en general, no subir al Cerro Negro, un célebre foco de visitas desde el cual todas las semanas se practica surf sobre su arena negra del cono volcánico o “volcano-surf”.

Los cuatro volcanes estaban despiertos. A excepción del Cerro Negro, todos con tremor o microsismicidad notable, y el Momotombo con erupciones de material incandescente hasta el pasado viernes 19 de febrero.

El máster en geofísica nicaragüense, Eduardo Mayorga, lo corrobora. “Actualmente tenemos la activación del Momotombo, del Telica, del Masaya con sus lagos de lava y su microsismicidad; y se está uniendo el Cerro Negro con una sismicidad bastante intensa. Sería el cuarto que se anexa”, describe.

“Nicaragua es un territorio altamente volcánico y la simultánea actividad de cuatro volcanes es normal”, apunta el doctor en Geociencias, Esteban Gazel, profesor en el Virginia Tech, Estados Unidos. “Tal vez para el ser humano es un poco extraño, pero estos volcanes tienen más de 250,000 años y por lo tanto la actividad simultánea es posible”.

Fuente: La Prensa

 

 

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